En el campo de la educación, esta era destinada solamente a los hombres, los cuales podían ser clérigos, y para ello la educación era indispensable.
Las monjas, también recibían una educación completa pero las mujeres que no eran de esta condición debían dejar el colegio a lo que correspondría ahora la primaria, mientras que los varones continuaban.
En el amor había muchas normas y clases de damas: las dedicadas al amor, las que no querían oír hablarde ello y las que se dedicaban exclusivamente a lo sexual, las cuales eran totalmente repudiadas.
Se hizo un avance cuando se prohibió el divorcio y el repudio una vez casados, pero por otra parte, los bienes del matrimonio eran exclusivamente aministrados por el hombre y las viduas debían ingresar a un convento.
En el trabajo, en ámbits rurales la mujer ayudaba con el resto de la familia
Existían trabajos dedicados exclusivamente a ls mujeres como el hilado o el horneado. Poseían un sueldo inferior y empezaban a trabajar entre 6 y 13 años.
Si abandoaba su familia para trabajar por su cuenta, trabajaba la mayoría de las veces como criada:
Para damas de honor de la nobleza
Como objeto sexual de sus amos, con la ropa más humilde y comiendo sobras de comida.
O bien como esclavas del comercio humano.
La prostitución dejó de ser mal vista y tras la crisis en las capas más pobres de la sociedad se dio un aumento de esta profesión
Para la iglesia la mujer era inferior al hombre desde la creación de la raza humana y era, por lo tanto, menor espiritualmente.
En la literatura, los temas eran esecialmente masculinos: guerra, venganza... Pero las mujeres eran imprescindibles. A través de llas el héroe inicia su linaje y se da muhca importancia al matrimonio.
En pocas ocasiones era protagonista, pero sí tenía un papel muy importante.
En resumen, el sexo femenino fue claramente infravalorado por los hombres promovidos por la iglesia, aunque parecieran tener cierta libertad en algunos aspectos, en realidad eran más leyes impuestas por los hombres, limitando y regulando los trabajos que podían y debían realizar
Atentamente,
Elisabet
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